
El sábado pasado cumplió años mi abuela (84) y mi vieja organizó una gran reunión gran con invitados sorpresa (para mi abuela) de la familia, mucha comida, bebida y esas cosas... Fue un emboooleeee TOTAL.
Como hija de padres separados cuando era relativamente chica, siempre extrañé las reuniones familiares, la mesa larga, la gran cantidad de comida, las navidades con muchísimos regalos en el arbolito, ir a la terraza con todos los primos y primitos a ver los fuegos artificiales..
Hace un par de años, cuando fui por primera vez a uno de los cumpleaños de la familia de mi futuro marido (son 25 mil), estuve toda la noche emocionada, viviendo desde adentro ese mundo para mí tan extraño de las reuniones familiares... y me encantó.
Pero bueno, ahora, por ahí por la costumbre, me resulta totalmente tedioso y molesto (a veces) tener que ir a un cumpleaños o a algún tipo de celebración en el que haya mucha gente... como que ya me da lo mismo, ya no me "emociona" como antes...
Entonces me di cuenta de que en la vida casi todo es así... lo que a uno en un principio lo emociona, lo que a uno le encanta, después con el tiempo se va transformando en una cosa más del montón... en algo sin la más mínima gracia...
Será por eso que las parejas se separan? Será a causa de que lo que algún día existió ya no existe más, o si existe ya no nos importa, o en su defecto, nos da lo mismo? Será acaso el secreto de la "no-caducidad" de las cosas meterse en algo que al principio no nos llame demasiado la atención, o no nos guste sobremanera para ver si después se transforma en algo emocionante, en algo indispensable para poder vivir y ser feliz?...
Pero seamos honestos... a quién se le va a ocurrir vivir la vida invirtiendo tiempo en cosas sin gracia?...
Al fin y al cabo no importa lo que dure... el viaje siempre es más que lindo.